martes, 16 de junio de 2009

6.6 Características Lingüísticas de la Depresión Infantil

La Depresión incide en el Aprendizaje, ya que puede ocasionar problemas en los componentes del Lenguaje, porque es posible que el niño con Depresión, presente dificultades con los constituyentes del Lenguaje. Se comenzara analizando el Nivel Fonológico, que se podría ver afectado por los problemas motores anteriormente señalados, produciendo probablemente una complicación localizada en la producción, planificación y en la ejecución de los movimientos articulatorios, es decir, el niño tendría Dificultades Fonéticas y Fonológicas. (Dockrell y Campbell, 1986).

Mientras tanto, el Nivel Léxico-Semántico del Lenguaje, en niños Depresivos se vería afectado, porque el Aprendizaje de éstos es más lento, debido posiblemente a que las palabras nuevas no son retenidas en la Memoria de Trabajo durante una cantidad de tiempo suficiente, lo que impide su almacenamiento, recuperación y posterior acceso en la memoria a corto y a largo plazo, esto, quizás se explica porque en el infante Depresivo, ha sobrepasado sus mecanismos de defensa por una determinada situación depresógena, lo que produce un exceso de Glucocorticoides, provocando que el Hipocampo se atrofie, estructura clave en los procesos de Memoria y Aprendizaje. (Campos, 2000). Además, como los niños con Depresión manifiestan generalmente un aislamiento social, afectaría posiblemente el grado de sus experiencias con el medio, las que permiten la extensión y enriquecimiento del léxico (Dockrell y Campbell, 1986).

En cuanto a la Morfosintaxis, estos niños, podrían presentar problemas relacionados con el orden de las palabras en sus oraciones en el papel, de las palabras-función, como artículos y en el modo en que se reflexionan las palabras contenidas. Esto, viablemente se explicaría por la disminución en la concentración, irritabilidad y pérdidas de memoria, lo que llevaría al niño a simplificar sus oraciones con el fin de evitar un esfuerzo mental mayor. (Dockrell y Campbell, 1986).

Siguiendo con el constituyente Pragmático, podemos decir que quizás el niño Depresivo, debido a su retraimiento e incompetencia social, podrían presentar una Discapacidad Conversacional, produciendo enunciados inesperados y problemas relacionados con los turnos del habla, ya que no parecen ser conscientes de las necesidades conversacionales de sus interlocutores, demostrando inexpresividad y escasa atención comunicativa. Lo que se explica por la situación gatillante de la Depresión. Además, podemos decir que los niños Depresivos, generalmente emiten enunciados con una Prosodia monótona, con menores inflexiones vocales, y esto se explica posiblemente por la pérdida en el interés de interactuar con los otros. (Dockrell y Campbell, 1986).

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